Aún

Dos mujeres se sumergen en un acto de generosidad y descubren lo monstruoso de una realidad incierta. Sin resistencia, sin violencia, y sin piedad, la bondad del hombre se escurre como una gota de agua en las arenas del desierto. Estéril, la ilusión se evapora y no queda nada. Ni odio. En la obra, la vida cotidiana se nos revela como una fría maqueta destinada a desarticular el lenguaje, y a fragmentar los retazos de memoria y de conciencia. De este modo, la bondad, la verdad y la utopía de la felicidad quedan sujetas a las redes de la manipulación autoritaria. Lo trágico de Aún es que tanto la contemplación de los espectadores como la falta de acción de las víctimas, nos convierte en una sociedad de cómplices y culpables. ¿Cuáles son las armas del hombre para escapar de la trampa de un mundo autoritario y fragmentado? La ficción construida por el teatro debería hablarnos de algo que se asemeje a la verdad. Quizás el único camino que tenga el teatro para tan ambicioso objetivo sea revelar los laberintos de su maquinaria artificial y compleja. Quizás no. Quizás el teatro no deba renunciar a los gratos espejismos de la ilusión. Sobre los fantasmas producidos por estos enigmas se presentó la absurda necesidad de construir este espectáculo. El Director PROMOCION 2x1: Imprimiendo esta ficha y presentándola en boleteria, paga uno y entran dos.
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