Sin filtro

"No hay ninguna razón para tener miedo. Bueno, 'miedo' es como un poco exagerado, no? Inquietud. Digamos que lo que me inquieta es lo que tengo para decir. Porque sé cómo va a reaccionar. No; miedo no es. Es inquietud. Esa es la palabra. Inquietud."

En SIN FILTRO, Gabriel Goity y Carola Reyna componen a un matrimonio "inalterable" que invita a cenar a un amigo de toda la vida; flamante divorciado él, quien llega acompañado por su reciente conquista. Dos parejas de amigos que por momentos dicen todo lo que piensan y por momentos piensan todo lo que no dicen; ante la atenta escucha y mirada del público que gracias a la magia del teatro - lo sabrá todo. Pronto, la noche se transformará en un juego de mentiras piadosas, verdades maquilladas, enredos y descubrimientos inesperados. Nada tan alejado de la realidad: ¿Acaso lo que pensamos y lo que decimos son necesariamente lo mismo?

Comenta Marcos Carnevale, director: Florian Zeller nos propone visitar el detrás del escenario; una zona que casi nunca es agradable de ver. SIN FILTRO es una invitación a derribar las máscaras. ¿Cuánto de lo que decimos es verdaderamente lo que queremos decir? Muy poco. La verdad siempre ofende, entonces decimos lo que se espera que digamos, aunque muchas veces no sea verdad. Esta obra es un experimento sumamente atractivo en la que los personajes nos muestran lo que dicen y lo que realmente quieren decir. Un genial juego donde se expone de manera brutal la hipocresía de la que somos capaces con tal de contentar al alto, no alterar el cómodo orden establecido y seguir siendo aceptados. Todos nos esforzamos para que nos quieran aun cuando tengamos que ocultar lo que realmente somos o sentimos y mostrarnos tal como los otros quieren vernos. Pero tarde o temprano la verdad siempre nos gana.

Comenta Fernando Masllorens y Federico González del Pino (autores de la versión en castellano): Las obras de Zeller suelen tener un tono cómico que no renuncia a momentos más tensos que precisamente encuentran su distensión en un arranque de humor, un humor nunca fácil. Podríamos decir que muchos de sus textos son "neo vodeviles" que hablan fundamentalmente del juego amoroso, de la dificultad de relacionarse, tanto en pareja como con los amigos, de las múltiples caras de la soledad. Es un autor que usa con maestría el diálogo rápido y picado, de frases cortas, precisas, muchas veces contundentes.. Lo importante no suele ser la anécdota de la función, que no sirve más que para desencadenar la acción. Lo importante en sus obras son las consecuencias de esa historia que se plantea inicialmente y cómo influyen en las relaciones humanas. No son obras moralistas; el autor no se posiciona, sino que expone las diversas posturas a través de los personajes y es el espectador el que va haciendo su propio juicio, que -y esto es muy característico del teatro de Zeller- cambia a medida que avanzan las acciones. Eso hace que el público no deja de cuestionarse acerca de lo que ve y oye. Zeller es el dramaturgo francés vivo más representado fuera de su país. Además de ver estrenadas obras suyas en Alemania o en Suecia, las mecas teatrales de Europa y Norteamérica, o sea, Londres y Nueva York, lo han recibido con los brazos abiertos y la crítica le ha consagrado como un autor fundamental y también Brazil, Mexico, Perú, Chile, Argentina y Uruguay. Tanto es así que The Guardian dijo que Zeller es "el autor teatral más apasionante de nuestra época". Por su parte, el mítico semanario francés L'Express ha dicho directamente que hoy es el mejor dramaturgo francés.

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