Oigo tu voz

Litigar con la muerte, acordar con ella pidiéndole favores, pero sobretodo, entenderla, es la base de Oigo tu voz. Elegía tanguera hecha teatro que nos susurra al oído los últimos días de Lautaro, artista de vuelo bajo que maneja un espectáculo de tango por escenarios mistongos del sur de la capital.

Y sobre esta base, se le entrevera la aparición de María, la silenciosa que reclama su parte en un espacio quizás, onírico y a su vez, en su propia realidad.

Realidad bohemia acompañada de sus compinches tangueros, sombras también de sus propios destinos.

Un Peralta bailador que abandonó su rutina de una patada, una lvone que no le interesa escapar de su egolatría, y una Cata sometida a su inocencia.

Y en esta mezcla de espacios, recorremos el presente, la infancia y la adolescencia de este: varón del arrabal.

Entonces, como los últimos acordes de un tango que todavía no se escribió, "Oigo tu voz" es quizás, una de las tantas formas de entender nuestra existencia y una sencilla mirada a aquello que aqueja al hombre desde siempre : El después.

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