Rojo pasión rojo sangre

En una peluquería de cualquier barrio, en cualquier lugar del país, el día que un juez muy importante de la zona está por casarse, se encuentran siete mujeres representativas de la fauna ciudadana: la peluquera, la empleada doméstica, la prostituta, la solterona, la hija de la novia, la exitosa periodista y la vendedora. Todas vienen a producirse para el evento, todas participarán directamente de él. Sus energías, sus temores, sus humores se entretejerán armando una trama graciosísima.
La obra es una gran humorada con un alegato de denuncia contra la corrupción y el amiguismo que suele teñir nuestras vidas.
De una manera muy inteligente y apoyándose enteramente en el humor la autora Adriana Allende, narra esta desopilante historia donde el histrionismo y la denuncia social adquieren repercusiones interesantes.
ROJO PASIÓN ROJO SANGRE es un esperpento criollo. Un grupo disparatado de mujeres icónicas desatan una serie de enredos divertidísimos para denunciar bajezas de los humanos tales como las barbaridades que este juez, el protagonista ausente de la obra, es capaz de hacer a lo largo de la vida, con los seres que se supone, ama.
La puesta es rítmica, vertiginosa y disparatada como el texto, trabajamos la velocidad y la exacerbación para justificar desde la actuación tanto disparate, donde el humor y el horror conviven sin solución de continuidad.
Queremos divertir y hacer refleccionar sobre estos temas que nos aquejan: el acomodo, la viveza criolla, la impunidad del poder. La historia tiene un final inesperado y feliz. La inescrupulosidad es vencida y todo se revierte, los débiles asumen el poder y los pendencieros deben obedecer las nuevas consignas sin otro remedio que recurrir a la humildad y a la tolerancia.

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