Escritor fracasado

La última etapa en la producción de Roberto Arlt estuvo directamente relacionada con el teatro. Allí finalmente encontró un vínculo directo con el público.
Podríamos decir que su último destinatario fue el espectador, no el lector. Un escritor sabe que su fin es el lector. Y un dramaturgo sabe (o debería saber) que su fin es el espectador.
El Arlt literario fue cuestionado por "escribir mal", zarandeado por la alcurnia literaria.

"Se dice de mí que escribo mal. Es posible. De cualquier manera, no tendría dificultad en citar a numerosa gente que escribe bien y a quienes únicamente leen correctos miembros de su familia."
¿Hay una manera correcta de escribir? ¿Hay una manera correcta de hacer teatro? ¿Hay una manera correcta de hacer Arlt en teatro?
Escritor fracasado es uno de esos textos que parecen "imposibles de poder decir" por lo frondoso de su lenguaje.

La lectura de Arlt requiere del cuerpo de un lector activo que pueda hacer presente ese universo de emociones y poesía extrema.
¿Como es el cuerpo que se necesita para hacer aparecer ese texto en escena y que esos otros cuerpos, los de los espectadores, puedan escucharlo?

La necesidad de que esas palabras, las que conforman el cuento Escritor Fracasado, sean escuchadas hoy, fue el principal impulso para embarcarnos en la ardua tarea de transformarlo en material escénico.
Para eso fue necesario deconstruir su escritura intentando entender desde qué lugar estaba escribiendo Arlt esta paradoja: el relato de un escritor que no puede escribir.
Un hombre que escribe sobre la imposibilidad de escribir de otro hombre. Y en ese acto, en el de la acción, Arlt le otorga al escritor fracasado la posibilidad de ser un protagonista literario, no como autor, sino como personaje.
Arlt mira a los escritores que lo menosprecian y los comprende, los desprecia, los señala, y los usa como un ventrílocuo para decir muchos pensamientos propios sobre el ecosistema literario, la creación, su circulación comercial, la mirada de los otros, y la construcción que del artista hace el entorno.

Intentamos que la pasión y la indignación de Arlt, que sentimos íntimas, nos guíe en esta falsificación que de él hacemos.
Nuestro deseo es compartir la sonrisa que intuimos en Arlt al momento de escribir este texto que desarticula y denuncia la mediocridad.Arlt se nos revela contemporáneo a través de lo profético de su escritura.
Esta fotografía que describe el mundillo del arte, el mundo todo, se nos hace, poco menos de un siglo después, replica de la actualidad.

Marilu Marini y Diego Velázquez

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