Érase una vez los sensuales

La aristocracia decadente de ¨Muñeca¨ de Armando Discépolo es convertida en el elenco de una obra teatral estancada. Anselmo, el director, postergará todo avance a causa de su obsesión por una actriz - Muñeca - que irrumpirá en su mundo consolidado como un elemento corrosivo. La existencia de esta actriz dará espacio a una disputa que pondrá a los hombres en conflicto con sus propios valores e intereses. Sin embargo, el sentimiento amoroso y los credos particulares serán utilizados como simple excusa para echar luz sobre un conflicto social que los atraviesa de pies a cabeza sin que ellos lleguen apenas a darse cuenta. Muñeca, agente extraño y forastero, será vocera de una dialéctica feroz. Revelará que lo que ocurre allí es algo más complejo de lo que a simple vista es evidente, algo que le permitirá convertir ese mundo que mira hacia ella en una metáfora capaz de entablar un diálogo con una parte fundamental de la historia social y política argentina.