Padre Rico Pobre Padre

Padre Rico Pobre Padre, Diego Trujillo expone con humor cáustico la condición de ser padre, en un mundo contemporáneo, en el que los “papitos” vienen genéticamente codificados para comportarse igual a las “mamitas”; Ellos también se embarazan, sienten antojos y mareos, dice Trujillo: “Partida de Sapos”. Haciendo referencia a la crianza que recibió de sus padres, se muestra a sí mismo como un desadaptado frente a las exigencias modernas que lo obligan a “sorrostricar al embrión a punta de estimulación temprana, hacer el oso en el curso psicoprofiláctico, o desmayarse en la sala de partos apenas nace el bebé”. La obra es una reflexión descarnada y divertida que pone de manifiesto lo duro, lo malo y lo feo de ser papá. Desde la concepción hasta la adolescencia el actor hace un recorrido por situaciones que lo llevan a renegar de sus propios hijos y a buscar afanosamente una razón que reivindique la paternidad.

Sobre la obra A partir del surgimiento del feminismo, los hombres tuvieron que asumir un rol de padres sin preparación previa. De una generación a otra, los hombres de repente se encontraron dando teteros, cambiando pañales, sacando gases, cantando nanas, cuidando y consintiendo a las mamitas y simultáneamente teniendo que ir a trabajar. Hemos llegado incluso a extremos como diseñar cinturones para hombres que simulan las contracciones previas al parto. En un afán por no ser tildados de machistas y trogloditas los hombres han tenido que asumir funciones para las cuales no estaban preparados. La obra hace un recorrido por las distintas situaciones que tiene que enfrentar un padre hoy en día en la crianza de sus hijos. Pone de manifiesto la titánica labor que esto significa y sin embargo al final cuando uno está a punto de tirar la toalla y entregarle los hijos al bienestar familiar, una carta escrita por la hija adolescente pone de manifiesto lo maravilloso de ser papá.

Ficha técnico artística
Autoría:
Diego Trujillo
Actúan:
Diego Trujillo
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