Un hombre es un hombre

Es una de las primeras obras de Bertolt Brecht, escrita en 1926, cuando todavía no había adoptado una actitud política definitiva. Es una metáfora sobre los condicionamientos de un medio sobre el individuo hasta el punto de convertirlo en otra persona y se simboliza en la sustitución del nombre.

"Pequeñas debilidades, ambiciones mezquinas, la falta de escrúpulos de los demás, el miedo de todos y, sobre todo, la estructura cerrada de un medio militar se unen para crear las circunstancias por las cuales un ser humano puede ser vaciado de su condición, degradado en su individualidad y transformado en algo intercambiable, como una cosa...Gorostiza fiel a característico racionalismo, toma la pieza y equilibra minuciosamente los elementos grotescos, los dramáticos y los de comedia burguesa que en ella cohabitan. Maneja con seguridad a los intérpretes y crea un espectáculo homogéneo. Ello no impide que Cipe Lincovsky se destaque por la flexibilidad con que salta de lo nostálgico (cuando habla al público o canta) a la composición burlesca (escenas con el sargento, la compra del elefante, etc) y a la arrolladora energía con que encara sus relaciones con los soldados... Brecht la hubiera elegido para dirigirla él mismo." El Mundo

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