Erase una vez un topo

En la obra: Quiso el Topo una mañana salir de su madriguera, cuando repentinamente algo blando, café y mal oliente le cayó encima ¡Alguien hizo popó sobre su cabeza!
Enfadado buscó al culpable por el bosque, para vengarse, preguntando quién había sido el autor del hecho; cada uno de los animales le mostró al Topo una parte de sí: inocencia, sagacidad, sabiduría, orgullo, alegría; pero ninguno era quien el Topo buscaba, pues todos le enseñaron como hacían “aquello” y en ningún caso se parecía a lo que el Topo llevaba sobre su cabeza.

Unas moscas, expertas en la materia, le revelaron que esa cosa maloliente había salido de las entrañas del perro y buscan persuadirlo de lavarse la cabeza y olvidar el caso…

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