No sabés lo que me hizo

Cuando una mujer le dice a otra: “No sabés lo que me hizo”, alerta química en las dos! La que habla se prepara para regodearse en el placer femenino de la queja, y la que escucha predispone su atención para absorber cada palabra del relato.

Quejarse de los hombres que se tienen a mano es un modo de vincularse entre mujeres; es también lo que les permite ser por un rato protagonistas, autoras de personajes más o menos de ficción, porque de sus relatos se intuye más que la realidad, una personal manera de ver. ¿Cuántas veces se quejan de una cosa y al rato exactamente de lo contrario?

Sandra Russo coloca un espejo delante de las confesiones más intimas de las mujeres – las que se hacen sólo a las amigas, entre la indignación y el desahogo- lo que provocará risas cómplices entre todas.

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