Un Tango Anarquista

En abril de 1930, los aires del golpe que derrocará al presidente Yrigoyen ya se dejan sentir. En medio de esta inestabilidad política y social, una buena noticia para el movimiento anarquista: luego de 21 años de prisión en Ushuaia, es indultado Simón Radowistky, el ejecutor del coronel Ramón Falcón.
En el centro de la ciudad de Buenos Aires, se yergue la modesta pero coqueta sombrerería para caballeros "Meyer". La sombrerería pertenece al matrimonio Meyer, alemanes que llegaron al país en los albores de la Gran Guerra; en el taller, dos obreras y un changarín, eximio bailarín de tango.
Una mañana, Salvadora Botana, periodista y anarquista, esposa del dueño del diario Crítica, se presenta en la tienda y le encarga a Meyer un sombrero para Simón Radowitzky. Será el sombrero con el que el héroe anarquista salga de su injusta prisión. Meyer no puede negarse a la petición de Salvadora.
Nuestra obra comienza en este punto. Los personajes de la tienda se debatirán entre la vanidad del reconocimiento público y el compromiso político: no son épocas para arriesgar la suerte personal y del negocio. Y mucho menos por un sombrero.

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