Death Cabaret

En algún agujero negro de la noche porteña se encienden las luces opacas de un extraño cabaret. Un cabaret sin tiempo ni edad. Un cabaret sin fama, sin lujos. Acaso un refugio de almas perdidas que languidecen tras el inquietante rectángulo de una puerta roja Un cabaret sin nombre al que algunos viejos fabuladores de la porteñidad llaman el Death Cabaret, el Cabaret de los Muertos. Un marionetero locuaz y extravagante comienza entonces a convocar a sus muñecos, uno tras otro. Sucederán como en un ritual los malabares, las invocaciones espiritistas, la música, el humor, la danza, la poesía y hasta una insólita emisión televisiva irradiada desde el otro lado de la vida. Los concurrentes a este cabaret se verán envueltos en una bruma intemporal, embriagadora, matizada por el color ocre de los tangos viejos que nunca se cantaron, la seductora nostalgia de la chanson francaise y las sensuales destrezas de bailarinas y malabaristas. Cuando el sortilegio termine, se perderán por las calles de la ciudad con la sensación de haber vivido un sueño. Pero seguros de que el ayer ya se perdió, de que el futuro es incierto y de que la vida bien vivida tiene un solo momento certero: El presente. El hoy.

1 Histórico de funciones