Rey Lear

El rey Lear ha impuesto sus leyes de modo absoluto durante la vigencia de su reinado. Con los años, su fuerza comienza a decaer, por lo que hace pública una comunicación trascendente: ha decidido dividir su reino entre sus hijas, para pasar el tiempo que le quede de vida sin la carga que le impone el ceremonial y el deber en el manejo del poder.
El orgullo, la vanidad y la opulencia de la que hizo gala durante su reinado lograron nublar su juicio. El error de juzgamiento respecto a la lealtad lo hará caer rápidamente en la cuenta de que se encuentra despojado no solo de los atributos de su mandato real, sino también, de su salud y de su autoridad moral, que había considerado protegidas a perpetuidad. En la soledad del destierro y de la marginación, confrontará los errores que lo llevaron hasta ese punto.

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1 Notas en los medios