Los otros

Tres personajes son condenados al infierno. Allí los recibe Esteban, el mayordomo, quien los conduce por orden de llegada a un salón donde quedarán alojados. El desconcierto es mayúsculo cuando se encuentran con que en ese infierno tan temido no hay ni fuego ni elementos de tortura ni padecimiento físico. ¿Cuál es entonces la condena? ¿Por qué el infierno es necesariamente tan terrible? De a poco irán desentrañando las verdaderas razones por las que los han puesto juntos por toda la eternidad.