Estrella negra

Latino- América, territorio ocupado.
Invadida, esclavizada, saqueada, humillada, joven y rebosante, nuestra tierra es sometida constantemente por el poder avasallante de un occidente de cimientos podridos. Un poder inhumano y cruel que se sostiene y desarrolla en el saqueo y destrucción del otro.
Frente a este poder real crece el poder mítico de los luchadores populares, hijos de esta tierra que entregan todo por obtener la libertad deseada. Artigas, ausente en el espectáculo pero presente en la historia, nutre la idea de liberación Americana y Estrella, esclava negra de Montevideo, siente vibrar en su pecho ese discurso hecho de sangre y lucha.
Sola, con un bebé a cuestas, abandonada por sus amos en esa Montevideo sitiada de 1.811, despierta al mundo nuevo de tener que forjarse una persona libre, un ser humano que debe aprender a decidir y buscar su destino en ese territorio desolado, ajeno pero suyo también. Mujer y negra. Sumisión y esclavitud; humillación y dolor; discriminación y violencia. Desde su humilde saber, Estrella deberá encontrar para su hijo y para sí, ese camino desconocido hacia la libertad y la esperanza de una vida distinta, donde pueda ser dueña de su destino. El amor y la admiración por ese hombre la llevarán a seguir por el incierto sendero del riesgo y la búsqueda.
El escenario despojado es el territorio de disputa, el desierto desolado. El cuerpo de la actriz es el cuerpo victimizado que busca su liberación, que se instala en el espacio vacío para lograr aquí y ahora, crecer y forjar, con sus acciones, un mundo capaz de contenerla. La utopía de un mundo mejor, la obligará, por primera vez, a tomar decisiones por sí misma, a construirse, a forjarse y reconocerse libre, con todos los riesgos que eso implica. Los espectadores deberán también decidir a qué mundo pertenecen, que mitos recuperan para construirse, una vez más, en sujetos de la historia, en dueños de su destino.

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