Nada del amor me produce envidia

El precio que hay que pagar, cuando lo maravilloso entra en un espacio reducido como éste.Se escucha a los lejos un tango. Una costurera de barrio. Un taller sin ventanas, sin día ni noche, sólo entregar los vestidos en tiempo en forma, eso también es amor, un amor reducido, un amor sin hombre, un amor que estalla cuando lo imposible sucede, cuando lo extraordinario irrumpe en la vida de esta mujer y su soledad todos sabemos que lo extraordinario tiene un precio, porque hay dos tipos de personas, las que deciden y las que acatan. Ella pertenece al segundo grupo, hasta que su realidad se transforma para siempre y allí en esa oscuridad el mundo se detiene, se detiene todo, ausente y presente al mismo tiempo.

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