Un marciano en la boca

Un marciano en La Boca
Primero llegaron los italianos, después los polacos, los gallegos, la niña huérfana y los niños traviesos. De gente rara está lleno mi patio ¿Qué más puede aparecer?…Un Marciano.
Los conventillos de la Boca albergaron a miles de inmigrantes de los más diversos países. El puerto de Buenos Aires era testigo del desembarco. ¿Qué hubiera pasado si en vez de bajar de los enormes transatlánticos, el inmigrante hubiera bajado del cielo en nave espacial? ¿Hubiera sido bien recibido? ¿Hubiese trabajado de carbonero? ¿Pondría una panadería? ¿Serian los marcianos reconocidos en el barrio por abrir un almacén de Ramos Generales?
Seguramente los partidos en el potrero no hubieran sido los mismos con un Marciano, pero lo extraño, de pronto puede ser normal.
Todos venimos de lugares diferentes, pero cuando desaparece el prejuicio surge la solidaridad, el amor, y lo imposible se hace posible.
Bienvenidos al patio. Tango, gravedad y propulsores.

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