Síntoma, lo que pasa permanece

La acción dramática se ubica en la unidad temporal y espacial de una sesión de terapia. El Paciente, está a punto de tomar la decisión de reconocerse. Leonardo es un nieto apropiado en la década del '70 y es víctima de robo de identidad. Pero además es padre entonces, la falsa identidad se multiplica. Leonardo manifiesta tendencias suicidas que el Doctor (médico psiquiatra), maneja con singular habilidad y conduce al paciente hacia una verdad dolorosa que debe enfrentar.

En la misma sesión ocurre la entrada de Eva, la mujer de Leonardo que ha pedido una charla a solas con el Doctor. El conflicto se expande hacia horizontes imprevistos. Eva completa la verdadera historia de la víctima y pone de manifiesto que las cosas que han pasado van a permanecer por siempre. Eva busca, ella también, una vida verdadera.

A pesar de ser una tragedia Síntoma, transcurre por momentos de humor que permiten la mejor llegada de la historia hacia el espectador. La obra tiene un final impactante, el público sale lleno de preguntas y también completa la historia de Leonardo y Eva en sus charlas fuera del teatro.


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