Gianni Schicchi + Il Tabarro

SÍNTESIS ARGUMENTAL

"IL TABARRO"

Michele vive en un barco anclado en los muelles del Sena. Es cerca del ocaso. Luigi, Il Tinca e Il Talpa, tres estibadores de muelles, descargan los últimos sacos de cemento.

Es la hora de terminar de trabajar, y Giorgetta, la bella mujer de Michele, mucho más joven que él, pregunta a su esposo si puede llevar vino a los trabajadores. Él se muestra conforme pero no se une a ellos debido a que rechaza su beso. Los estibadores empiezan a bailar con la música de un organillero cercano y uno de ellos pisa el pie de Giorgetta. Luigi, un estibador, baila un vals con ella. Lleno de celos, Michele nota que Giorgetta se siente atraída por el joven Luigi. Al oír el regreso de Michele se rompe la reunión de estibadores.

El trabajo escasea y Giorgetta y Michele discuten cuál de los estibadores deben ser despedidos; ella prefiere que sea cualquier otro excepto Luigi a pesar de ser esta la primera elección de Michele. Pronto la conversación se vuelve pelea. Aparece Frugola, que ha ido a recoger a su marido, Il Talpa, uno de los estibadores.

Por el camino va revolviendo la basura de las calles en busca de algo de valor. Ella muestra a todo el mundo los frutos de andar hurgando en la basura en París y regaña a los hombres por beber. Luigi lamenta la suerte que le ha tocado en la vida, y La Frugola canta su deseo de, algún día, comprar una casa en el campo a la que puedan retirarse ella y su marido. Luigi y Giorgetta están juntos un momento; cantan un dúo recordando la ciudad en la que los dos nacieron (e ben altro il mio sogno). Los estibadores se marchan, salvo Luigi que pide a Michele que lo despida y que se le permitirá desembarcar en Ruán, pero Michele le convence en sentido contrario. Cuando está a solas, Giorgetta pide a Luigi por qué pidió ser despedido y reconocen su amor mutuo. Él promete ir a verla en secreto al barco por la noche, pero deberán tener un código en común para dicho encuentro, por lo que acuerdan que dicha señal será una cerilla que ella encenderá en el momento oportuno. Para entonces Luigi parece decidido a matar a Michele y huir con Giorgetta.

Michele sufre recordando con Giorgetta pasados tiempos felices, el cariño que Giorgetta sentía por él y del niño que juntos procrearon, y que murió, y cómo los tres entraban bajo su capa. Está preocupado por el hecho de que él le dobla la edad; ella lo reconforta pero no lo besará. Michele se preguntó si su esposa aún le será fiel y qué será lo que la ha cambiado tanto. Pasa lista mentalmente a todos los hombres con los que han compartido sus vidas pero rechaza a todos ellos como improbable. Apesadumbrado, prende una cerilla para encender su pipa y Luigi, viéndolo desde lejos, cree que es la señal de Giorgetta. Se oyen pasos en la pasarela del barco; Luigi camina con confianza por la cubierta creyendo que es su amada quien ha encendido ya la cerilla. Michele lo sorprende y lo obliga a confesar que ama a Giorgetta en la posterior lucha.

Michele estrangula a Luigi y lo envuelve en su capa (su tabardo, de ahí el nombre de la obra). Giorgetta vuelve a la barcaza, fingiendo remordimiento, y Michele abre el tabardo y le muestra su amante muerto.

"GIANNI SCHICCHI"

Buoso Donati ha muerto en su cama. Su familia le llora melodramáticamente, hasta que se enteran del rumor de que Donati habría dejado todo su dinero al monasterio local en su testamento. Empiezan a buscar frenéticamente el testamento. Rinuccio, su sobrino, lo encuentra, pero se niega a dárselo a su tía Zita hasta que su tía acepte una condición: si el testamento es favorable a la familia, ella debe permitirle casarse con la hija de Schicchi, Lauretta. Después de aceptar, la tía toma el testamento, y manda a buscar a Schicchi. Pero cuando el testamento confirma el rumor, todos se ponen furiosos y se niegan a permitir que Rinuccio se case.

¿Qué se puede hacer? Schicchi y Lauretta llegan entonces, y son recibidos fríamente. Rinuccio insiste en que Schicchi puede resolver el problema, y le dejan de mala gana que lo intente. Schicchi envía a su hija lejos. Después de oír que nadie más sabe de la muerte de Donati, le dice al doctor, cuando llega, que Donati se encuentra mejor y que sus servicios no son necesarios. Rinuccio corre a buscar al notario. Schicchi reemplazará a Donati y dictará un nuevo testamento. Los familiares se ponen de acuerdo sobre la repartición de las propiedades de Donati, excepto en cuanto a la mula, los molinos y la casa (los mejores bienes del finado). Los familiares acuerdan dejar a Schicchi que decida quién heredará esos bienes, pero todos vuelven para tratar de sobornarle, cada uno en su favor. Schicchi les recuerda en una hermosa aria el castigo por suplantación. El notario llega entonces y Schicchi se otorga en el testamento la mula, los molinos y la casa a sí mismo, ante la furia de los familiares, que nada pueden hacer por temor al castigo nombrado por Schicchi. Cuando el notario se va, Schicchi despide a todos y los familiares sin nada que hacer deben retirarse de la nueva casa de Schicchi. En cuanto a Lauretta, como ahora tiene una dote, no hay obstáculo para su matrimonio con Rinuccio. Schicchi al final pide la indulgencia del público en forma de aplauso.

1 Histórico de funciones