Drácula, el último chupasangre

El conde Drácula es un pobre hombre que espera en su castillo a que llegue el amor que le arrebataron los turcos cuando invadieron Transilvania hace mil años.
Mientras tanto sus esposas (histéricas y trepadoras) lo vuelven loco con sus rencillas propias de amas de casa.
Una de ellas, producto de una noche de borrachera en el "Armenonville" arrastra su vulgaridad y lunfardo por los tenebrosos pasillos. Las tres se pelean constantemente por quedarse con la mejor parte del botín (la fortuna de Drácula).
El feo y jorobado mayordomo (Igor) quiere aumento de sueldo y amenaza con destapar el cajón del conde a la luz del día si no lo logra.
Un bibliotecario llega al castillo con su novia. Ella es muy parecida a aquella que enloqueció de amor a Drácula hace años.
El conde cree poder volver a vivir gracias a esta muchacha que, al final, sólo pretendía quedarse con el castillo para convertirlo en un shopping.
Sus esposas se van con el hombre lobo, el mayordomo se va con Frankestein y el bibliotecario se vuelve a Londres con su novia, dejando al conde sumido en la soledad de su castillo.
Drácula, al final, interpreta un monólogo que tienta al público a buscar el amor y a no correr detrás de una tarjeta de crédito o a cambiar el auto. Realza las cosas simples que el hombre olvida en su carrera tras el éxito y el consumismo.
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