El susurro de los bosques

Quizás mi realidad esté atravesada por una pesadilla interminable, como una canción de cuna que retumba. Este anhelo de felicidad se ahoga en gritos dentro de las ventanas que observan a los bosques, entre la niebla de mi casa solitaria, que susurra en la tormenta negra.

Como un trueno espectral, las notas de un piano desafinado retumban en las habitaciones de una casa oscura en el medio del silencio, lejos del pueblo. Dos mujeres rodeadas de telarañas cuidan a su hermana moribunda, perdidas entre las repeticiones del tiempo y los llantos de la luna. El relincho de un caballo anuncia la llegada de la esperada muerte. Un hombre llama a la puerta. Un hombre traído por la lluvia, guiado por el canto de los lobos. Un hombre vomitado por el bosque bajo la tormenta que arremete eterna. La destrucción de la fascinación. Los caprichos morbosos. Las mentiras de la lengua. El aliento helado de los fantasmas. Las paredes asesinas. Y el bosque que siempre susurra, escondiendo presagios secretos enterrados en lo profundo de la noche. Un cuento de hadas macabro. Un melodrama de terror.