La Cantante Calva

(Simplemente absurdo)


“La Cantante Calva”, la obra creada por Ionesco fue estrenada en París en 1950. Ha recorrido el mundo por más de seis décadas con múltiples y variadas puestas en escena, dando cuenta de la versatilidad de la misma. La Argentina, tan rica en expresiones teatrales, no ha sido la excepción.

La pieza se manifiesta a través de seres que construyen creencias de cotidianeidad, en un mundo de carácter ficticio, que les permite eludir la soledad.

No hay asombro en los personajes frente a los acontecimientos que les suceden. En un estado de reflexión o aparente indiferencia, transcurre esta realidad construida por el absurdo.

Sin prejuicios ni tapujos se expone la otra cara de los personajes. La fachada de la corrección en los vínculos sociales se desborda hasta el límite de lo irracional.
Es atrapante la seducción que ofrece la libertad interpretativa del texto. Cada nueva mirada propone la apertura de una enigmática puerta que conduce a un laberinto oscuro, en el que sólo se hace luz al desenmarañarlo. Este tiempo de quietud es efímero, dura un instante, tras el cual se volverá a transitar el camino de la incertidumbre.
El hombre no comprende al mundo, ni a la humanidad de la que forma parte entonces crea su propia realidad, la que le evita la angustia de su propia existencia, la que se repetirá sin tiempo y sin sentido.

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