El campo

Martín, por medio de un misterioso contrato, arriba a un campo de trabajo. Negándose a aceptar la despiadada verdad que sospecha, admite los juegos morbosos de Franco, el director, que concluyen con la presentación de Emma, prisionera del lugar. Las apariencias se transforman en certezas, quedando él mismo atrapado en las redes infinitas del poder del exterminio. Una cruel metáfora que todos conocemos, pero evitamos reconocer como propia.
1 Histórico de funciones
1 Notas relacionadas