Salomé

En alguna parte del mundo post-apocalíptico hay un grupo de sobrevivientes gobernados por Herodes y Herodías.

Cuando aparece un hombre proclamando la Palabra de Dios y la segunda llegada del Mesías. Este hombre es Juan, el Bautista.

Herodes le teme a Juan, ya que lo sabía un hombre de Dios y matarlo le aparejaría consecuencias nefastas, tanto políticas como religiosas. Herodías tenía una hija, llamada Salomé, bella joven influenciada por la maldad de su madre. Una noche, Salomé es invitada a la fiesta de cumpleaños de su padrastro Herodes, que sentía un deseo inocultable e irresistible hacia ella, al punto de desear poseerla. Desoyendo las advertencias de la Vestal, un personaje premonitorio que controlaba los acontecimientos futuros a partir de su presencia invisible para todos.

Salomé había escuchado al Bautista que predicaba desde su lugar de detención constantemente, y que hablaba de cosas extrañas, como el amor de Dios, la justicia y el , logra conocerlo, y sólo este hecho logra enamorarla. Solamente faltaba verlo para que ese "hombre nuevo" la conquistara y, finalmente, la rechazara. Este es el principio del fin de la historia de Salomé, que jamás había sido rechazada. Esto, la supera, la obsesiona, alimentando un fuerte sentimiento de crueldad, locura y muerte,que convergirá sin piedad con Juan. Salomé va a la fiesta y Herodes le pide que baile para él; a cambio ella le pide la cabeza del Bautista en una bandeja de plata, ante las miradas atónitas de todos los presentes. Salomé, al ver lo que hizo su perversión, entra en un estado de locura extremo, por su error, por el amor equivocado, dejándose llevar hacia un trágico final.

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