La Cena

La obra plantea una situación cotidiana: los padres de una hija adolescente, reciben en su casa al pretendiente de la niña, sujeto que no les cae nada bien, más que nada porque lo consideran "poco" para la nena. En toda familia, se disparan más o menos sutiles mecanismos más o menos inconscientes que buscan, en última instancia, hacer desistir al degenerado arrebatador de hijas vírgenes y que todo vuelva a ser como antes. Hasta allí, nada raro. Ahora si ponemos esto bajo la lupa del hiperrealismo, nos da como resultado la exacerbación de esos mecanismos, la pérdida de toda censura y el florecimiento del inconsciente a nivel dérmico. Es decir, "lo invisible se hace visible". Lo inconsciente toma forma y habla. Estas revelaciones en escena, dan como resultado situaciones descabelladas, reideras, rozando el absurdo. La inclusión de referencias insistentes sobre la cucaracha, propone varias ideas, propuestas. La casa de esta familia está atiborrada de estos insectos. Tanto que se les atribuyen rasgos más humanos que al propio novio.

Esto será lo que los personajes de Padre y Madre, nominados así por el autor, quizás por la universalidad de la situación planteada, pondrán en juego durante el transcurso de la pieza. Una decena de estrategias, quizás ensayadas, quizás improvisadas pero siempre teatrales y ficticias, que buscan en definitiva lograr que el osado pretendiente (que al igual que la Novia, sí tiene un nombre), desista en su intención de llevarse a la nena de la casa paterna.

Pero esta vez parece que Margarita y Jeremías también tienen un plan.

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