El cascanueces. Despedida de Eleonora Cassano

Ante unos 30.000 espectadores que la esperaban desde temprano, la primera bailarina argentina, Eleonora Cassano, se despidió de la danza clásica en el Obelisco porteño tras 25 años de carrera profesional.
Familias enteras se acercaron al escenario preparado en la avenida más ancha de la Argentina para deleitarse con lo mejor del ballet clásico en vísperas de la Navidad.
Cassano interpretó Cascanueces , el tradicional ballet de Peter I. Tchaikowsky que cumplió sus primeros 120 años, y el público porteño pudo disfrutar de una versión de una hora y cuarto de duración, creada para la ocasión por Liliana Belfiore.
El escenario y la fecha que Cassano eligió para la despedida de su prolífica carrera fueron los mismos que en 2007 seleccionó el gran bailarín argentino y amigo de Eleonora Julio Bocca.
Cassano realizó esta despedida como el cierre de una etapa, la de la bailarina clásica. Porque sintió que sin darse cuenta se iba alejando de a poco de ese repertorio y se merecía una despedida formal. Pero no se alejará de modo definitivo de los escenarios, ya que tiene muchas otras cosas por bailar todavía, según ella misma aclaró.
La música fue interpretada en vivo por un coro de niños dirigido por Rossana Judith Bravo y la Orquesta Académica de Buenos Aires dirigida por Carlos Calleja.
El evento de anoche fue organizado por el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires en un escenario, de 40 metros de frente, que se instaló junto al Obelisco y mirando al sur de la ciudad. Con 8000 sillas a disposición de vecinos y turistas y dos pantallas gigantes a ambos costados del escenario.
Contó con la participación de Herman Cornejo, principal dancer del American Ballet Theatre, y más de 100 estudiantes de danza seleccionados en distintos puntos del país que cumplieron el rol de ratoncitos y soldados.
El público asistente, que comenzó a llegar muy temprano, pudo disfrutar también de una clase de calentamiento para todo el elenco dirigida por Bocca.

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