Sul concetto di volto nel figlio di dio

Compañía: Societas Raffaello Sanzio (Italia)

Una vez más, Romeo Castellucci recurre a un ícono sobresaliente de la historia humana, Jesús, con quien el tiempo también se enfrenta en gran parte del mundo. Aquí, la imagen de Jesús parte de la pintura renacentista y sobre todo en el momento del Ecce Homo. En este preciso instante, la tradición afirma que Cristo mira al espectador a los ojos, con un poderoso efecto de involucramiento dramático en el cuestionamiento. En esta calculada confusión de miradas que se tocan y se cruzan, el rostro del hijo de Dios se convierte en la imagen del hombre, de un hombre o incluso del propio espectador. Y de esta manera, en el espectáculo, la mirada de Dios se convierte en una suerte de luz que ilumina una serie de acciones humanas, que pueden ser buenas, malas, repugnantes o inocentes. La obra no es sobre Jesús, ni sobre la devoción; no tiene contenidos de condena social ni quiere ser sencillamente provocativa. Al mismo tiempo, Romeo Castellucci mantiene distancia del misticismo y la desacreditación porque, a fin de cuentas, se trata simplemente la imagen de un hombre. Un hombre que se expone desnudo frente a otros hombres, que a su vez son puestos al desnudo por ese hombre. Desde el título mismo, el espectáculo impone marcas que sintetizan plenamente el nombre de “Jesús”. Jesús es un nombre que está tan presente para muchos millones de hombres de esta tierra que puede volverse casi invisible porque está profundamente implícito. Un nombre que de alguna manera se sostiene por la constante experiencia de referencias que es milenaria.

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