Las Bodas de Fígaro

Fígaro y Susanna están preparando su boda. La ubicación del dormitorio, cercano al aposento del conde, despierta las sospechas de Susanna: el amo quiere hacer valer con ella el derecho de pernada, que él mismo abolió en sus dominios. Fígaro desplegará su astucia para evitar que esto suceda.
El gran Señor cae en todas las trampas que Fígaro le tiende dado que no inventa nunca una estratagema y dependiendo siempre del socorro y la intervención de los demás; aunque él mismo se crea todo poderoso, será manejado como una marioneta.