La mujer de los huesos de pájaro

Alejandra Pizarnik vuelve para confesar sus pasiones: La poesía y el sexo.

Sus amores: los carnales y los imaginarios. Su humor inocente y su ironía constante. El dolor y el desgarro por no coincidir con los mandatos sociales de la época. Su vulnerabilidad ante la realidad y su acercamiento y coqueteo con la muerte, como una amiga íntima.

Alejandra Pizarnik: Una mujer cuestionada. Una poetisa incomparable. Una historia que la muestra adulta y niña. Simple y compleja. Sexualmente ambigua. Pasional y fóbica. Loca y genial.

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