El alquiler de la sombra

Una pareja, con muchas deudas, entrena caballos y jinetes para salto. Su vida llena de pasión e ideales se ve consumida por la obligaciones económicas que no pueden cumplir y por un pasado que los acecha. Una joven adinerada y abúlica parece ser la solución a sus problemas, pero tal vez sea el arma que los ejecute.

Tres personajes atravezados por el dinero, el poder y el amor se enfrentan al desafío de no traicionarse. Parecen estar justificados para engañar. Pero los acontecimientos pondrán en duda esta ficción.

Dice Norman Briski, sobre EL ALQUILER DE LA SOMBRA

El alquiler de la sombra es una denuncia molecular de las distorsiones en las que incurre el afecto cuando está en el barullo de las tentaciones capitales.

La espera y las puniciones deforman los cuerpos del deseo. Como si se interpusiera “sobrevivir” en el juego de las causas heroicas en vez de gozar por querer cambiar al mundo. Todo se convierte en un empleo, hasta la revolución. (Y estudiar no hace sabio a nadie y solo aleja a los miedos como cualquier método) Las decadencias arrastran aquella escena en la nueva que nace muerta. Entonces “vivo de aquella que fue riesgosa en esta que estoy goloso. (Acomodado)”

Y los adolescentes irrumpen como magnesio; burbujean la atmósfera y reparan la abulia mostrando secciones de su cuerpo, pedacitos rubios y pezones nuevos. Pero es tal la cantidad perdida que los convertimos en motoqueros. Se equivocan si creen que metaforeo. Estoy mas cerca del mito que de la fábula. “Como esperando a Godot” También las “visitas” subrayan el diálogo eterno de la soledad.”

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