Diversión -en tres estados-

Una vendedora de panchos, su hija, operadora de juegos, y una muchacha en la montaña rusa, habitan mundos entrelazados en un parque de diversiones.
Un ambiente cargado de olores, gritos, chillidos y voces, entrelazan discursos, sensaciones y estados.
La rapidez, la diversidad de cuerpos, el impulso y la tracción parecen algo maravilloso y ellas lo quieren contar.
Hay rostros que provocan hambre. Cada uno se merece algo y una polera dorada molesta y encandila.
En un vertiginoso universo sincrónico, se instala la inevitable idea de la diversión convertida en dilema.
Y entonces. ¿Qué botón apretar?. Botones con mostaza, reflejos y sangre.
Mirar el interior de un pancho abierto, ¿será más interesante que filosofar sobre la realidad?

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