Solos al baile

Una invitación al encuentro. De los solos, con los otros. Encontrarse en el cuerpo del otro. Una invitación a la posibilidad de bailar. De lo singular a lo plural. La necesidad de encuentro con otros similares y distintos ¿El lugar? Puede ser un club, un bar, una pista o escuela de baile. La locación se vuelve secundaria en un universo donde la velocidad, el juego, la seducción, el miedo al rechazo son una posibilidad para los cuerpos.

Ir solo al baile implica riesgos, incertidumbre y es también un pasaporte a la posibilidad del encuentro. Como ocurre con la vida y los habitantes de las grandes ciudades, el anonimato y la deriva individual conviven con el encuentro social de los cuerpos.

La obra cuenta con el subsidio del Instituto Prodanza, dependiente del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

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