¿Dónde mejor que en casa?

Una madre devoradora, un afuera atemorizante y la lucha por dominar y no dejarse dominar.

Adentro, la rutina asfixia. Afuera, los peligros arrecian.

La obra muestra el resquebrajamiento de una familia cuyos vínculos son pervertidos por la dominación asfixiante de una madre que no vacila en apropiarse de sus seres queridos más allá de todo límite. La endogamia de este grupo humano impregna el relato. Prohibiciones, permisos y tabúes que circulan en el núcleo social básico se exacerban causando la identificación del espectador y su posterior reflexión. Esta madre‐araña los atrapa implacablemente con el pretexto de preservarlos de las acechanzas del mundo externo.

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