Miembro del Jurado

Simón sale de la cárcel, luego de cumplir diez años de la condena y se encuentra con Mejía, un desconocido que lo espera en la calle para ofrecerle un trabajo. El convite es extraño. Simón lo mide con un disimulado recelo, sobre todo porque Mejía le da apenas datos menores de la tarea ofrecida, que sin embargo se dibuja como delictiva. Simón rehúye en un primer momento y se declara incompetente. De todos modos no tiene demasiada elección, así que acompaña y se encierra con Mejía en un aguantadero camuflado como taller de cerrajería. Desde afuera llegan los sonidos del carnaval. La llegada de una prostituta para que Simón satisfaga postergados deseos, encubre una segunda operación que cambia la historia.

En Miembro del jurado predominan el misterio, la sugerencia, lo simbólico. Es un policial con mucho suspenso “…y con mucho humor dentro de la tragedia –agrega Corina Fiorillo-. Una pieza inquietante, con diálogos y vínculos cargados de ambigüedades, y con polémicos interrogantes que sabe bien abrir el autor”.

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