Mujeres en la guerra

Mujeres en la guerra es un monólogo basado en el libro Premio Planeta de Periodismo, del mismo nombre, de la escritora y periodista colombiana Patricia Lara.

Se estrenó en 2001, con el patrocinio de Editorial Planeta y The British Council, y realizó dos exitosas temporadas. Además de las temporadas abiertas al público en general, se han llevado a cabo múltiples funciones privadas en Bogotá y diversas ciudades de Colombia para todo tipo de auditorios y en muy diversos espacios, entre las cuales se destacan las realizadas para organizaciones no gubernamentales, el Ministerio de Cultura, el Instituto Distrital de Cultura y Turismo, el Ministerio de Relaciones Exteriores, universidades y cajas de compensación. En noviembre de 2006 se estrenó una nueva versión de la obra.

Ha participado en numerosos festivales internacionales; entre ellos: el VIII y IX Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá (2002 y 2004); el Festival Internacional de Londrina en Brasil (2002); la celebración de Salamanca Capital de la Cultura Europea (2003); el Festival Cultural de las Olimpíadas en Grecia (2004); el Primer Festival de las Artes Escénicas de Panamá (2004); el Festival de las Artes 2005 de Cali; el Teatro Stage Festival de Nueva York (2008), y la XXI edición del Festival del Sur (Islas Canarias, 2008).

Entre sus recientes temporadas figuran la del Festival Theatro Netto de Tel Aviv y la de Casa América de Madrid, en 2011. En ese mismo año celebró los diez años de funciones ininterrumpidas con una función con las verdaderas protagonistas, patrocinada por ONU Mujeres y organizada por la Comisión de Memoria Histórica.

La pieza recoge cuatro testimonios de mujeres colombianas que han padecido la guerra y que, con su valiente y conmovedor ejemplo, nos dan una voz de esperanza; mujeres que expresan a través de la elocuente voz femenina ese ferviente deseo de un país mejor que anida en todos los colombianos.

Son ellas: Dora Margarita, ex guerrillera; Chave, directora del área social de las Autodefensas; Juana Sánchez, campesina desplazada a quien un buen día le toca abandonar su tierra y hacinarse en la ciudad con su familia; y Margoth de Pizarro, esposa de almirante, madre de tres guerrilleros. Cuatro mujeres entrelazadas por el mito de los indígenas Kogi sobre la creación, que en breve nos expresa: en el principio estaba el mar que era la madre, damos vueltas, lloramos, reímos, y volvemos a la madre.

La actriz entra al escenario con un canto; y con cantos de múltiples orígenes, las palabras, los zapatos, y algunos detalles distintivos de cada personaje -sin salir de escena durante hora y veinticinco minutos-, nos teje un mundo escénico reflejo de un vibrante mundo real, amparada por un árbol transparente, símbolo de la fuerza y el cobijo.

El teatro como espacio para llorar los muertos y para soñar con un país mejor, para encarar, a través de su belleza, el horror de la violencia sin bajar los ojos. Alimento para el espíritu tan necesario como el pan.

No hay tregua, la obra conmociona, toca, envuelve, ilusiona. Imaginación y realidad se funden en este montaje dirigido por Fernando Montes, formado en Italia con el maestro Jerzy Grotowski, y protagonizado por Carlota Llano, actriz colombiana especializada en Londres, quienes nos regalan una puesta en escena que se ha presentado con inmensa acogida en su país más de 200 veces y en España, Grecia, Estados Unidos, Francia, Venezuela, Honduras, México, Uruguay e Israel, entre otros muchos países, durante diez años ininterrumpidos.

1 Histórico de funciones