Un acto de comunión

Este es un espectáculo sobre los límites del deseo, la soledad y las nuevas, extrañas, inverosímiles formas del encuentro. Recorre la vida de un hombre y el desarrollo de sus singulares apetitos sexuales, amorosos y existenciales. La búsqueda por satisfacer el instinto, por ser espejado, sentir la real cercanía de otra persona.
Un Acto de Comunión se basa en un caso real. Pero tal como se dice al principio, los nombres de los protagonistas son falsos: a fines del 2003, el mundo quedó estupefacto ante la noticia de un proceso judicial en Alemania: una corte de dicho país, juzgaba a un internauta de canibalismo.
El "reo" se mostraba en las televisaciones de su proceso judicial como una persona inteligente, tranquila. Podía hablar muy pausadamente al contar sus motivaciones y aceptar que lo que había hecho estaba mal, que había "roto un tabú".
Un acto de Comunión es producido por la Fundación Konex y fue presentado a modo de work in progress en el marco del Festival Verano Porteño 2004. Ahora vuelve a escena renovado, y en el Espacio Callejón.

Dice Lautaro Vilo, autor de los textos del espectáculo: "Lo recuerdo perfectamente: había una nota de un asesinato en un tren, en el conurbano. Mostraban la foto del acusado. Su cara, su mirada a la cámara era creíble: había tirado a una mujer del tren, simplemente por robarle algo. Había hecho algo desesperado, hacía tiempo que vivía mal. Pensé en Pasolini. Era una cara de criminal: en sus rasgos había toda una negación del orden social, una negación, la conciencia de la peor supervivencia. Era historia conocida, también. Tristemente.
Acto seguido, aparece este alemán en la pantalla. Dueño de un crimen tan metódico, tan negador de cualquier principio moral, tan atildado, irracional, seductor. Ví ahí un caldo, una metáfora de nuestra época. Había que contar eso. Hacerse a un lado y organizar los hechos; ponerles un poco de gracia, musicalizarlos, pero la dramaturgia ya estaba premezclada. Armé cinco monólogos, que para mí corresponden a los cinco actos de una tragedia."

Patrones

Los eminentes patrones del vapor es un dúo formado por un actor, Lautaro Vilo y un guitarrista, Adolfo Oddone.
Sus espectáculos asocian la música con la Narración oral, en un registro muy cercano al stand up. Ése género en el que alguien se para con un micrófono ante un auditorio y desgrana una serie de sucesos cómicos.
Los relatos tienen un fondo sonoro en la guitarra de Oddone y se alternan con canciones de algunos autores considerados de “culto” en el rock, el jazz y el pop. Desde Lou Reed hasta Morphine; pasando por Tom Waits, Chet Baker, o Norah Jones.
En el 2004 estrenan su primer espectáculo conceptual: Un acto de Comunión. El mismo, es producido por la Fundación Konex y fue presentado a modo de work in progress en el marco del Festival Verano Porteño 2004.
Los eminentes patrones del vapor desarrollan un espectáculo que tiene puntos de contacto con algunas formas conocidas: para algunos está más cerca de la narración, para otros, del stand up. En el medio, se permiten canciones en versiones mínimas de guitarra y voz.
Al respecto, dice Vilo: "Es un poco de las dos cosas, que fundidas generan otra. Un cuento con banda sonora, con canciones que están en inglés pero que se pueden leer las letras. De esta forma la canción es un momento para escuchar y a la vez una opinión que suma relato a lo que se está contando. Un cuento con banda sonora. Me gusta eso, de chico: que te lean en la cama, que pongan un disco y te den el librito con las letras."
El fondo sonoro según Oddone, "Acompaña un texto que se sostiene a sí mismo; no necesita ser subrayado. No hay porqué ser obvio. Hay que ser atmosférico, permitir la imaginación, dialogar con el texto. Y como en todo diálogo, a veces se necesita el silencio. Que ya lo sabemos: también es música."

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