Amarran

Existía el amor, en todas partes. Naufragaba y a veces se hundía por completo. Lastimar al otro era un privilegio que se ganaba.
Cuidamos del dolor que infligimos. Se mantiene constante, el dolor y su peso. Con dedicación y trabajo, la pareja penetra en un mar de sueños y pesadillas. Los cuerpos desgarran el tiempo. El peso lacera las fibras del amor. El tiempo es asfixia, podredumbre, rechazo.
La obra pretende expresar con un lenguaje claro y directo la delicia de estar con el otro.
Dos bailarines luchan consigo mismos, con una escenografía de objetos que los poseen, y sobre todo, luchan para verse y encontrar el amor que se han prometido.
El otro es libertad para crecer, despegar, verse. El otro es una prisión.

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