La casa de ver nada

La casa de ver nada, propone un mundo interior lleno de sutilezas diagramadas que llevan a enfatizar el hastío y agobio de mujeres aisladas en busca de su identidad.
Un ambiente en donde la impaciencia y el temor conviven plenamente y se integran al devenir de un propósito inesperado.
En la casa de ver nada, no se ve nada, no se escucha ni se dice nada, solo las paredes son testigo pleno de los hechos y testimonios. Solo las paredes escuchan y encierran los dichos.
Un cubículo en donde se recrean comportamientos enfrentados ya establecidos de hermanas sometidas al silencio y reclutadas al mundo exterior.
El odio, la pasión y el resentimiento se apoderan de las almas encarnadas de mujeres ensimismadas y entrelazadas.
El silencio que las encierra va a ser escuchado por un hombre que llega para cambiar definitivamente el rumbo de la familia, otorgando a la obra un interés relevante y provisto de un carácter ambiguo.
La versión, propone por primera vez, la aparición en escena de Pepe el Romano en la obra del poeta Federico Garcia Lorca, con toda una visión atípica, jugando con las complejas entrañas de mujeres solas en un paradigma sin rumbo.
Pepe el Romano, complejizado por un pasado contenido, trae una intensión que develará las más intimas pasiones encontradas.

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