Sono Dio! He visto a Dios

Dos hombres que viven en la calle, refugiados ocasionalmente en una estación de trenes o subterráneo, ofrecen al público un espectáculo que cuenta la historia de un hombre rico que devino pobre; un hombre miserable que devino, merced a la perdida y el dolor, en hombre santo.
Sono Dio cuenta la historia de un hombre que, en la desesperación, pudo ver a Dios, "en persona". Esta versión libre de uno de los mejores grotescos argentinos, elimina lo aleatorio y se concentra en el drama y su devenir. Y en este derrotero, la fatalidad, la humillación y la muerte están matizadas por escenas humorísticas propias del género. Aquí se acentúa el humor ácido, la parodia y la burla al estilo del teatro callejero. Una vuelta de tuerca paródica sobre la fe, las ambiciones, la venganza y el perdón.

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