Metro cúbico

El hombre cúbico ha recibido las llaves de su nuevo hogar, y maleta en mano se dispone a instalarse en él. Nada más abrir la puerta se percata de las dimensiones del sitio donde va a vivir a partir de ahora: un espacio de poco más de un metro cúbico. Lejos de sorprenderse, sino al contrario, asumida esa circunstancia tan común en nuestros días, se dispone a hacer su vida cotidiana; tan cotidiana como la de cualquiera... en principio, porque actividades tan sencillas como instalar un único mueble, hacer una llamada de teléfono, organizar una pequeña fiesta, ver la televisión, hacer la limpieza o simplemente conseguir dormir por la noche, no resultan tareas tan fáciles para un hombre como ese en un espacio como aquel. Menos lo será aún el enfrentarse a los imprevistos domésticos, que no pasarían de simples anécdotas para cualquiera de nosotros, pero que para el hombre3 resultan verdaderos restos de dimensiones épicas.

3 Videos
1 Histórico de funciones