Desde Troya

Desde Troya/Rapsodia para una guerra sin fin, convierte en materia escénica la destrucción provocada por el hombre. Un cúmulo de catástrofes bélicas que se traman en relato desplegando ante los ojos del espectador su inevitable secuela de muerte y violencia. Desde la legendaria guerra de Troya, cantada por Homero, hasta el genocidio atómico de Hiroshima, el espacio escénico se resignifica como infierno y de ese magma caótico y en ebullición, de ese núcleo incandescente de exterminio guerrero, surgen microhistorias, pequeñas narraciones, manifiestos y alegorías que nos vuelven patente la experiencia cotidiana de la barbarie.. En escena ataques sangrientos, ciudades devastadas, bombardeos. Un grupo de seres solitarios que cruza siglos y fronteras intentando huir de la pesadilla y encuentra en su marcha sólo muerte, penuria y destrucción.. Desde ese fondo amargo, emerge un gesto utópico: la posibilidad de iluminar la penumbra de la existencia sin apelar a la luz cegadora de la guerra, el desafío de construir una belleza más apacible.

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