Las Troyanas

¿Donde estara mi vida, la que pudo haber sido y no fue, la venturosa o la de triste horror, esa otra cosa que pudo ser la espada o el escudo y que no fue?
Fragmento de Lo perdido de Jorge Luis Borges
Hecuba y otras mujeres troyanas, se resisten a perder y a entregar su querida ciudad de Troya a manos de los griegos, que tras un astuto ardid la han sitiado. Que la ciudad caiga, supone para ellas el inicio de la esclavitud y de una vida desdichada. Por si fuera poco, un mensajero anuncia a las mujeres que seran el premio de un sorteo, que cada una de ellas vivira con el hombre que les haya tocado.
Hecuba, la reina madre, va recibiendo de boca del griego Thaltibios las noticias del sorteo que acaban de efectuar los jefes del ejercito. A partir de esta primera informacion, Euripides nos presenta un dolor que va creciendo en intensidad y que se personifica en la figura de Hecuba. Asi la anciana reina es testigo de la destruccion de su descendencia, que se mezcla al final de la obra con el estrepito de los edificios de Troya, que se derrumban sin remedio consumidos por las llamas.
Considerado generalmente el mas moderno de los tres grandes dramaturgos clasicos griegos, Euripides (484-406 a.C.) se distinguio por plantear en sus obras los conflictos morales mas permanentes de la condicion humana.
La experiencia de la guerra del Peloponeso, de la que fue testigo en el postrer tramo de su existencia, le movio, como bien testimonia Las Troyanas, a tomar una posicion antibelicista que, desgraciadamente, al cabo de los siglos, no ha perdido vigencia.
En efecto, aunque centrada en el amargo destino de las mujeres dependientes de los heroes vencidos en la guerra de Troya, la obra versa sobre el desastre que suponen las guerras, cualquier guerra, asi como sus detestables secuelas.

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