El seductor

Río de la Plata: 1930. Una tormenta y un accidente en la avioneta que piloteaba, dan lugar a que el famoso escritor Saint Exupery entre en un mundo inimaginado: en ese lugar al que llega, en una vieja casona a orillas del Río Uruguay, dos muchachas conviven con sus iguanas, sus coatís, sus abejas, sus víboras, su mangosta., todos, en un reino mágico del que ellas son el centro.Se inicia inevitablemente entre ellos el juego del amor.

El autor de “El Principito” usará todos sus recursos de seductor para enamorarlas, pero él terminará conquistado por la frescura y el candor de las muchachas.

Sus mundos, sus quehaceres, se rechazan entre sí. Él con sus máquinas voladoras, con el progreso avasallante del siglo XX; ellas con el pequeño lugar que han construido donde el tiempo está detenido. Sin embargo, no dejan de atraerse, de hacerse admirar por el otro, de provocarlo, de hacerse querer. El teatro nos vuelve a traer esas horas, para hacernos sentir parte de esa historia, cruzada por las transformaciones técnicas, que van encerrando a la naturaleza, pero cruzada también por la guerra, con la muerte agazapada en un avión enemigo.

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