Y nuestros caballos serán blancos

Acerca del tema de la obra y su dimensión histórica, extractamos parte del prólogo que Silvia Viroga publica para la edición de Alfaguara:

"Rosencof se vale de la figura histórica de Artigas en su exilio en el Paraguay y recrea un período fundamental en la gestación de la "Patria" los dos Sitios de Montevideo -, con la finalidad de obtener la rendición definitiva de la ciudad que se mantenía firme a los intereses de la Corona. En la ficción de la obra, ambos Sitios de refunden en uno, que simboliza la lucha de Artigas por lograr la independencia de las provincias del Plata frente al poder español, y la resistencia a la ambición del centralismo porteño.

En la obra, el espectador no asiste al presente de la gesta artiguista, sino a la evocación que de ella hace Artigas desde su exilio en Paraguay. En esa evocación se ponen en evidencia los afectos, fidelidades, deslealtades y abandono que los demás tuvieron para con el héroe.

Es en esta ensoñación casi delirante donde hay que buscar la justificación de las libertades históricas que se toma el dramaturgo, y que están justificadas por el hecho de que el personaje central, desde el fracaso y la vejez, selecciona y recrea los momentos más significativos de su vida, los que lo justifican como hombre y lo mantienen digno, aun en la miseria y la adversidad política. La selección es afectiva, y por eso, la memoria reúne lo que la historia separa".