La Piel o la vía alterna del complemento

“La Piel o la vía alterna del complemento” es un ensayo, desarrollado en un paisaje de patetismo y melancolía, sobre la futilidad y levedad de la vida. La puesta en escena, comprometida con asociaciones y fantasías personales sobre aquellos que serán nuestros últimos minutos, intenta una suerte de rito de paso desde la nada y hacia la nada... Morir es un acto invariablemente solitario que incluye un secreto. ¿Qué hemos significado y, además, que significaremos después de nuestra desaparición? ¿Somos necesarios? ¿Cuál es el secreto de la muerte? ¿Y el de la vida?. “La Piel...” es un texto perturbador que merece la experiencia de ser irradiado en el escenario y tentar, entonces, sus posibilidades de activar el imaginario del espectador. Enrique Dacal


¿De qué está hecho el amor? ¿De qué materia? ¿De soledades, tal vez? Esta historia comenzó como hace diez años, en el subte de Bruselas, una mañanita gris de esas que asoman por los cuadros de Constantin Meunier : una viejita leía un libro y yo metía la nariz de puro curioso, nomás. Entonces hablamos lo que duró el viaje. Ella me contó que iba al hospital a ver a su marido, que estaba muy enfermo, que nadie sabía lo que tenía, ningún médico, y que debían operarlo otra vez. Le llevaba ese libro, porque su lectura le hacía compañía. Yo le conté de mis cosas y de mis tristezas. Nunca más la volví a ver. No hay línea de subte entre Bruselas y la Patagonia. Estaciones, eso sí que hay. Uno se baja, no encuentra la salida, y cosa de no perderse, se mete en un puñado de palabras, entre unas páginas que se roban al olvido o al recuerdo, quién puede saberlo exactamente. Dedico esta obra a esa mujer que se bajó aquel amanecer de otoño en Gare du Midi. De su historia de amor yo hice la mía. Alejandro Finzi
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