Incriminándome

Incriminándome es una experiencia didáctica y al mismo tiempo provocadora. Un encuentro con el teatro de arte en este siglo XXI cibernético y caótico. El espectador será testigo de una ametralladora de palabras con la sola intención de cubrir cada momento de la representación. El aquí y ahora se manifiesta en una pequeña comunión donde la ceremonia es una ráfaga de frases armadas para hincar el diente en la cabeza de cada uno de los espectadores.

Esta obra es una pieza hablada, para un actor y una actriz. No hay roles. Un hombre y una mujer cuyas voces armonizan entre sí, se intercambian o hablan al unísono, despacio y fuerte, con transiciones muy duras, que dan por resultado una concordancia acústica. El escenario vacío. Ambos actores trabajan con micrófonos y altavoces. La sala y el escenario están siempre iluminados. El telón no se utiliza. Tampoco cae al finalizar la obra.

3 Histórico de funciones