Los invertebrables

"Nada es tan divertido como la desgracia".
Samuel Beckett

Tres hombres se pertrechan en el interior de su pequeña casa en la que una ventana y un teléfono son el único y distorsionado contacto con el mundo exterior. Los tres sufren alguna minusvalía: Fermín es ciego, Benito neurasténico, One tullido. Los une un único bastión de memoria: la Enciclopedia Costumbrista de Usos Terrestres (algo así como un compendio absoluto del saber) que a su vez otorga a One -quien todavía puede leer- el necesario poder para mantener a los otros bajo su dominio pero a costa de acrecentar la angustia de la convivencia. Realizando un ejercicio desesperado de planificación, One propone recurrir al sistema a fin de adoptar una mujer y alcanzar así la esencia de lo femenino. Lograr esto no será tarea sencilla porque el sistema, que regula tanto el accionar público como el privado, les exige hacer frente a su propia condición, a un necesario cambio de imagen y a una larga serie de trámites, que implican acoger en el seno de su propia casa, a una burocracia absurda y ultrajante que obliga, sin más remedio, a recurrir al mercado negro.
La mujer -Ella3.57- llegará al mundo de estos hombres y con su sola presencia quebrará el endeble equilibrio existente. Cada uno de ellos tratará de captar su atención y afecto; mientras Fermín y Benito lo logran y crean junto a ella un nuevo status quo, One, relegada su influencia, se entrega a una extraña metamorfosis que lo animaliza para finalmente, aislado e imposibilitado de comunicarse, huir al exterior: un mundo de atmósfera prehistórico - futurista.

2 Histórico de funciones