Los patios de la memoria

Un niño , un hombre- parado frente al abismo incomprensible del mundo. Nada le es ajeno. Nada se le escapa.

Pero el absurdo es tan grande que hay que tener buenas armas para comprenderlo.

Las de este niño , este hombre- no son muy adecuadas para aprehenderlo y enfrentarlo: la ternura, el candor, la clara vulnerabilidad ante la vida y la muerte. Por suerte , para él y para nosotros- posee dos armas potentísimas: el amor y el humor. Con ellas nos internamos en los recovecos de estos patios de la memoria.

No saldremos indemnes, pero algo habremos aprendido. Para el entrañable Bernardo Galli, primer director de esta obra, que hoy deambula por otros mundos quizás de mayores certezas.

Compañía: Mboraihu Teatro
Procedencia : Montevideo – Uruguay

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