El mal está hecho (“Le mal est fait”)

Ariana Harwicz toma una idea sinónima de plaga: la maldición. Y en particular una costumbre hindú que aún hoy se practica: casar a una niña con un animal (serpiente, perro, etc.) para romper una maldición que asola a la familia. El padre de la protagonista admite haber matado perros a pedradas y luego haber colgado sus cadáveres de un árbol. Un astrólogo habría indicado que una boda será la única forma de curar la maldición que esto acarrea a la familia. Los pobladores asistirán al evento. Se desconoce qué reacción tendrá la perra en la ceremonia y cómo continuará la vida del matrimonio. Será un día festivo para todos. No para la novia, enamorada de un rubio divino a quién tendría que renunciar por una simple perra callejera llamada Selvi. El mal está hecho.