Jugar con Fuego

"Acá la gente come, duerme y espera la hora de su muerte...
Ningún objetivo en la vida, ninguna ambición, ninguna pasión"


¿Se puede renovar el deseo?
¿Puede alguien hacerlo circular perversamente entre nosotros?

Como un juego que ayude a aliviar aunque sea un instante, el hastío existencial. El erotismo como instancia para encontrarse, como pulsión vital que nos rescate de la abulia, de lo cotidiano, de nuestra propia indiferencia...
Pero es un juego, y tiene reglas, comienza y termina, el que no las comprende no avanza, se queda fuera o puede terminar herido.

"la perversidad no proviene de un trastorno psiquiátrico sino de una fria racionalidad que se combina con la incapacidad de considerar a los demás como seres humanos, el perverso sabe cómo seducir al grupo y conseguir que funcione de una manera inhabitual, conoce sus límites y frena su acción cuando percibe que ha sido descubierto" (Marie-France Hirigoyen)

Agradecimientos: Luciano Suardi / Querida Elena / Héctor Oliboni / Roberto Perinelli

Este espectáculo contó con el auspicio de la Embajada de Suecia


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